El día que Argentina entraba en la Segunda Guerra Mundial (a que no lo sabías)
Si hay algo que caracterizó a la Argentina durante la primera mitad del Siglo XX -además de ser el granero del mundo- fue su neutralidad durante los dos conflictos más importantes del siglo: la primera y Segunda Guerra Mundial.
En el ámbito local, fueron años marcados por conflictos internos, inestabilidad política y crisis económicas que acabarían para siempre con aquel sueño de ser una potencia mundial. Esto luego definiría directa o indirectamente el posicionamiento de nuestro país frente a estos conflictos.
Sin embargo, el caso de la Segunda Guerra Mundial resulta el más asombroso y curioso de todos, ya que si bien el país se mantuvo neutral durante la mayor parte del conflicto, Argentina le declaró la guerra al Eje un mes antes de la rendición de Alemania, un 27 de marzo de 1945.
Así lo estableció el decreto 6945/45 firmado por el el Presidente de facto Edelmiro Farrell, miembro del Grupo de Oficiales Unidos que en 1943 había perpetrado un golpe de Estado contra el gobierno de Ramón Castillo.
La postura del país frente al conflicto fue oscilante. Influenciado por una gran comunidad de inmigrantes alemanes y una histórica rivalidad con el Reino Unido, la irrupción del nazismo fue vista con simpatía por parte de la opinión pública argentina durante los primeros años.
No solo eso, sino que además varias instituciones mantenían estrechos lazos con Alemania, siendo una de ellas el Ejército argentino. Estos factores, más la percepción de que se trataba de un conflicto europeo (recordemos que Estados Unidos recién ingresó en 1942) inclinaron la balanza a favor de la neutralidad en 1939.
Todo cambiaría luego del ataque a Pearl Harbor. Con la entrada de Estados Unidos al conflicto, el país del norte pretendía la cooperación de todo el continente, algo a lo que la Argentina se negó y que motivó un embargo y bloqueo comercial por parte de los norteamericanos.
El punto de quiebre llegó en 1943, ante la posiblidad de que Robustiano Patrón Costas llegara a la presidencia. Dentro del ejército se temía que el candidato rompiera con la neutralidad, lo que motivó el nacimiento del Grupo de Oficiales Unidos, que depuso a Castillo.
Sin embargo, días después del golpe, el nuevo presidente Rawson prometió a los británicos romper relaciones con el Eje y sumarse a los aliados. Esto enojó a gran parte del GOU, que depuso al nuevo presidente de facto y lo reemplazó por Pedro Pablo Ramírez.
Durante ese período, hubo acercamientos para que Argentina se uniera a los Aliados, aunque los mismos no dieron resultado. La presión norteamericana mientras tanto iba en aumento, con boycotts comerciales y embargos a empresas argentinas.
La presión dio sus frutos el 26 de enero de 1944, cuando el país rompió relaciones con las potencias del Eje. Esto generó un conflicto entre Ramírez y el resto del GOU, que lo depuso días mas tarde y lo reemplazo por Edelmiro Farrell.
Los Estados Unidos, que esperaban la declaración de guerra, no reconocieron al gobierno de Farrell por considerarlo neutralista y rompieron relaciones diplomáticas con nuestro país. Incluso se llegó a pensar en una intervención militar por parte de Brasil, aliado norteamericano.
Sin embargo, la liberación de París trajo nuevas perspectivas al gobierno. Perón, uno de los miembros más influyentes del gabinete, pensaba que ante la derrota del Eje, la neutralidad argentina iba a derivar en aislacionismo en un mundo gobernado por los Aliados.
Así, la Argentina terminó cediendo ante la presión y el 27 de marzo de 1945 le declaró la guerra al Eje. Días mas tarde, el Reino Unido, Francia, Estados Unidos y otros países de Latinoamérica reestablecerían las relaciones diplomáticas e invitarían al país a la Conferencia de San Francisco, que sentaría las bases para la creación de la ONU.
¿Conocías esta historia?



